Algunas corrientes psicológicas, como la Transpersonal, consideran que la separación del vientre materno es un evento traumático. Pues en el momento del parto se fijan pautas de supervivencia que nos regirán por el resto de nuestras vidas.
La íntima conexión que existe entre el nacimiento y la muerte adquiere un sentido innegable en nuestra psique inconsciente, pues piensa que al nacer “morimos“ como organismos acuáticos para nacer en una forma de vida fisiológica y anatómicamente diferente que respira aire.
Si somos conscientes de la importancia que tiene que a lo largo de la gestación que mamá y papá le hablen a el/la bebé, que le pongan música, que mamá esté tranquila y no esté estresada porque el/la pequeño/a percibe todo y siente lo mismo que ella, etc.; entonces podemos comprender que cuando llega el momento de las contracciones y de pasar por el canal de parto, ese nuevo Ser también lo siente todo. Así, las distintas y posibles complicaciones en la vida fetal como en el nacimiento pueden ser de mucha intensidad emocional y psicofísica tanto para la madre como para el/la bebé.
Muchas veces en los partos largos se pudo haber experimentado agobio, cansancio y frustración, tanto para mamá como para el/la bebé, generando creencias que hoy rigen la vida actual y generan sensaciones de “estoy atascado y no puedo avanzar“ o de “no lo voy a lograr, no puedo, me siento atrapado/a“, “o cada vez que quiero avanzar, me ahogo y no puedo respirar“, etc. En el caso de partos donde la vida de la madre o el/la bebé estuvo en riesgo, puede que la pauta de supervivencia que esa/e pequeña/o generó haya sido que “debo luchar para vivir“; o bebés que estuvieron en una incubadora que asociaron que “para sobrevivir hay que aislarse o desconectarse de mamá“, por ejemplo.
Todas estas vivencias no solo se experimentan en partos naturales (vaginales) sino también en aquellos por cesaria donde la/el bebé al momento de nacer se encontró con “mamá adormecida/desconectada“ o donde la/el misma/o pequeña/o llegó al mundo “adormecida/o – desorientada/o – perdida/o“ y lo más probable es que así se sienta hoy en su vida. Así incontables ejemplos de experiencias traumáticas que nuestra madre y nosotras/os pudimos haber atravesado durante la gestación y el nacimiento que, como mencioné antes, generaron y fijaron pautas de supervivencia o creencias que hoy rigen nuestra vida desde un plano totalmente inconsciente.
Por este motivo, revivir e integrar conscientemente el trauma del nacimiento, desempeña un papel importantísimo en el proceso de autoexploración personal para poder trascender estos patrones que se hallan en un nivel subconsciente, pues se originaron en el nivel perinatal (cuando mamá nos gestaba) o en el nacimiento.
Con esta Técnica Regresiva propongo vivenciar un renacer y un despertar que puede llevarte a descubrir dimensiones de ti que no conocías, ayudándote a superar patrones repetitivos y problemas para avanzar y vivir tu vida desde la libertad pudiendo cortar el cordón umbilical con mamá para empezar a respirar desde el ser independiente y adulto que hoy eres, sabiendo abrazar y contener a tu ser bebé indefenso que vivenció esa experiencia cargada de tremenda intensidad; desidentificándote de las experiencias y emociones que tu mamá atravesó mientras te gestaba o paría, entre otras cosas.

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